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martes, 27 de enero de 2015

El Misterio de Anjikuni



Leyendas de desapariciones misteriosas han surgido por todo el mundo. Sin lugar a dudas, el incidente más famoso de la historia norteamericana es el destino desconocido de los ciudadanos de la colonia de Roanoke, que fueron vistos por última vez en 1587, pero un caso aún más inexplicable se refiere al paradero de los más de 30 hombres, mujeres y niños que supuestamente desaparecieron sin dejar ni rastro, de un pueblo de pescadores Inuit en la primera mitad del siglo 20.
El lago de Anjikuni (también escrito Angikuni) se encuentra a lo largo del río Kazan en la remota región de Kivalliq, Canadá. El área está llena de leyendas de espíritus del bosque y animales dañinos, como el Wendigo, pero tan fascinante como estos cuentos, es el misterio terrible que rodea a la desaparición colectiva de los habitantes de un pueblo que una vez vivió en la orilla pedregosa de las aguas gélidas del lago Anjikuni.
Pero comencemos desde el principio. Una noche fría, en noviembre de 1930, un cazador de pieles con el nombre de Joe Labelle se dirigía al poblado Inuit en busca de refugio del intenso frío, un lugar caliente donde pasar la noche.
Labelle había visitado la zona antes y sabía que era una bulliciosa villa pesquera llena de tiendas de campaña, chozas y amables lugareños. Cuando se acercaba les gritó un saludo y el único sonido que volvió a él era la de su propio eco, solo se oía el crujido de sus raquetas de nieve a través de la escarcha helada.
Labelle se tensó. Él tenía un instinto muy experimentado y podía sentir que algo andaba mal
Labelle podía ver las siluetas de las chozas bajo la luna llena, pero no vio a gente bulliciosa ni sintió ladridos de los perros de trineo, ni cualquier otro signo de vida.
Incluso dentro de las chozas, los sonidos de la risa y la conversación fueron reemplazados por un silencio sepulcral. Labelle también notó con escalofrío que no había una sola chimenea de la que saliera humo. Pero entonces vio a un crepitante fuego en la distancia.
Labelle, haciendo todo lo posible para mantener la calma, aceleró el paso y se dirigió hacia las brasas que se apagaban en la distancia, deseoso de encontrar alguna huella de humanidad. Cuando el cazador llegó a las llamas vio que no había nadie, pero en las brasas había un guiso quemado que lo desconcertó aun mas.

Un cazador veterano - después de haber pasado gran parte de su vida cazando solo en bosques oscuros y de difícil acceso - no es probable que se asuste con facilidad, pero no es difícil imaginar que estaría bañado en un sudor frío cuando pasó junto al corazón del pueblo fantasma, preguntándose qué le había sucedido a sus habitantes.
Labelle metódicamente empezó a comprobar todas las chozas con la esperanza de encontrar signos reveladores de un éxodo masivo, pero, muy a su pesar, descubrió que todas las cabañas tenían los alimentos y las armas que nunca hubieran sido abandonados por sus dueños. En una vivienda se encontró una olla de estofado de caribú en la que había crecido moho y un trozo de piel de foca que se encontraba abandonada en una litera con una aguja de hueso todavía incrustado en ella, como si alguien hubiese abandonado a su trabajo, a mitad de la puntada.
Él incluso inspeccionó el almacén de pescado y se dio cuenta de que sus suministros no se habían agotado. En ningún lugar habían signos de lucha o de caos y Labelle sabía muy bien que irse de un pueblo perfectamente habitable, sin fusiles, alimentos o ropa sería absolutamente impensable, no importa cuáles sean las circunstancias que hubieran obligado a la tribu a emigrar de forma espontánea.

Labelle intento averiguar qué dirección tomaron los esquimales en su exodo. A pesar de que la salida de los aldeanos parecían haber sido relativamente reciente y precipitada, no pudo encontrar ningún rastro de su marcha.
Cansado como estaba, Labelle simplemente estaba demasiado asustado para quedarse en este pueblo vacío. A pesar de que tenía que renunciar a las comodidades de los alimentos, abrigo y refugio, el trampero consideró que el riesgo de quedarse era demasiado grande y decidido irse a una oficina de telégrafos ubicada a muchos kilómetros de distancia, no sea que lo que les paso a los aldeanos le pasara a él.
El agotado Labelle, finalmente entró tambaleándose en la oficina de telégrafos y en pocos minutos mando un mensaje de emergencia al cuartel mas cercano de la Real Policía Montada del Canadá.
 La Policía Montada llegó, varias horas después, Labelle se había calmado lo suficiente como para contar su inquietante historia .
En el libro “
The World’s Greatest UFO Mysteries” de Roger Boar y Nigel Blundel escrito en 1984 , en su camino hacia el lago Anjikuni la Policía Montada se detuvo en una cabaña a descansar, en la que vivían el cazador Armand Laurent y sus dos hijos. Los funcionarios explicaron a sus anfitriones que se dirigían a Anjikuni para hacer frente a: "Un problema"
La Policía Montada preguntó si los Laurents había visto algo inusual durante los últimos días, y el cazador se vio obligado a admitir que él y sus hijos habían visto un extraño objeto brillante volando por el cielo tan sólo unos días antes. Laurent afirmó que la enorme, "cosa" parecía cambiar de forma ante sus propios ojos. El objeto estaba volando en dirección a la aldea en Anjikuni.
La Policía Montada salio de la casa Laurent poco después, y continuaron su viaje.
Una vez que llegaron al lugar, la Policía Montada no sólo confirmo el testimonio de Labelle sobre la situación del pueblo, ademas - según algunas fuentes - hicieron un descubrimiento, aún más misterioso, en las afueras de la comunidad.
Varios testimonios relatan que los funcionarios se alarmaron cuando se tropezaron con una gran cantidad de tumbas abiertas en el cementerio del pueblo. De hecho - si hacemos caso a los relatos - cada tumba había sido abierta y, aún más extraño, vaciada.
Otros informes afirman que era simplemente una sola tumba la que fue violada. De cualquier manera, es un tabú para los Inuit profanar una tumba , ¿por qué se desenterraron esos cuerpos?
Para agregar una pizca extra de "misterio", testigos afirmaron que la tierra alrededor de la tumba estaba congelada. Estos informes también sugieren que la tierra había sido apilada ordenadamente al lado de las tumbas, lo que confirmaba que no habían sido animales.
Durante la búsqueda no hay pistas adicionales sobre el paradero de los aldeanos, pero otro macabro hallazgo fue hecho.
Según los informes, no menos de 7 (aunque algunos dicen que 2 o 3) cadáveres de perros fueron descubiertos cerca de 90 metros de distancia desde el borde de la aldea. De acuerdo con los patólogos canadienses, estos perros desafortunados murieron de hambre, después de lo cual fueron cubiertos por las ventiscas de nieve, que los enterraron cerca de 3 metros de profundidad.
¿Por qué estos animales murieron de hambre, cuando estaban rodeados por chozas llenas de comida?. No hay un solo informe, que afirme que los animales estuvieran atados, lo que explicaría su incapacidad para buscar comida, pero esto no resuelve el problema de por qué sucumbieron tan rápidamente. La lógica parece dictar que no habrían tenido tiempo de morir de hambre entre el momento de la desaparición colectiva y la llegada de Labelle, quien encontró la comida todavía ardiendo en el fuego.
Esto plantea la pregunta: ¿los habitantes del pueblo dejaron a sus propios perros pasar hambre deliberadamente antes de desaparecer?. Estos perros son muy valiosos y su existencia era esencial para la supervivencia del pueblo. Entonces, ¿qué pasó?

Como si esta historia no es ya suficientemente extraña, los policías informaron de luces extrañas, azuladas brillando sobre el horizonte por encima del pueblo. Los hombres coinciden en que este espectáculo de luz inusual no se parecía a la aurora boreal.
Después de dos semanas de investigación, la Policía Montada llegó a la conclusión de que los aldeanos se habían ido por lo menos hacia dos meses. Esto presenta otra pregunta, si los esquimales realmente habían abandonado sus hogares ocho semanas antes, entonces ¿quién fue el responsable de hacer el fuego que Labelle vio cuando llegó por primera vez al pueblo?.
La prensa Canadiense rápidamente se hizo eco con portadas sensacionalistas como esta del 29 de noviembre 1930 en la edición del "Herald de Halifax" con el título sin lugar a dudas sensacionalista: "tribu perdida en el Norte - Pueblo fantasma encontrado por el trampero, Joe Labelle.
Labelle no escatimó palabras al describir su descubrimiento a los periodistas:
Sentí de inmediato que algo andaba mal ... A la vista de los platos cocinados, yo sabía que había ocurrido algo durante la preparación de la cena. En todas las cabañas, me encontré con un fusil apoyado junto a la puerta y un esquimal no va a ninguna parte sin su arma ... Comprendí que algo terrible había sucedido. "

Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que la Asociación de Periodistas de noticias daba a conocer esta historia asombrosa en sus diarios y los lectores de todo América del Norte leyeron un relato de primera mano de lo que sería, sin duda, el más grande misterio sin resolver jamás investigado por la Real Policía Montada. 
Frank Edwards
Después de un tiempo en los medios de comunicación, este extraño suceso fue archivado bajo un montón de casos sin resolver hasta 1959, cuando el periodista y escritor, Frank Edwards, desenterró la historia y la incluyó en su tomo "Stranger Than Science". Edwards no era proclive al sensacionalismo y no hay referencias de que este reportero se inventara historias, pero de eso es de lo que lo acusó la Real Policía Montada en su página web sobre este misterioso caso.
De acuerdo con la Real Policía Montada , Edwards inventó todo el asunto para su libro y que no hay tal caso, nunca se produjo. Tal como aparece en la página web de la Real Policía Montada: 
"La historia de la desaparición en 1930 de un pueblo inuit cerca del lago Angikuni no es cierto. Un autor americano de nombre Frank Edwards es supuestamente el creador de esta historia en su libro. Se ha convertido en una historia popular del periodismo, repetidamente publicado y mencionado en libros y revistas. No hay evidencia, sin embargo para apoyar una historia. Un pueblo con una población tan grande no habría existido en un área tan remota de los Territorios del Noroeste (62 grados de latitud norte y 100 grados oeste, a unos 100 km al oeste de Punta esquimales). Por otra parte, la Policía Montada que patrullaba la zona no registraron eventos adversos de cualquier tipo y tampoco lo hicieron cazadores locales o misioneros. " 
Yo seré el primero en admitir que hay una clara posibilidad de que el caso de los desaparecidos inuits no sea más que una fábula. No puede haber duda de que el recuento de las personas desaparecidas ofrecido en muchos informes, entre ellos , The World’s Greatest UFO Mysteries” de Roger Boar y Nigel Blundel que sitúan la cifra en una friolera de 2.000 personas, han sido masivamente exagerados, pero parece como si la Real Policía Montada tuviera una postura un poco despectiva, por no hablar simplemente incorrecta.
Para empezar, como se mencionó anteriormente, los primeros relatos conocidos de este evento fueron publicados antes de 1959,esto significa que no hay manera de que Frank Edwards se hubiese inventado esta leyenda. También hay registros de al menos dos investigaciones separadas del suceso hechas por los miembros de la Policía Montada. 
La primera investigación -hecha por la Policía Montada que respondieron al informe inicial de Labelle – fue hecha el 17 de enero de 1931, pocos meses después del evento en cuestión. El hombre a cargo del caso era un oficial de la Policía Montada con el curioso nombre de sargento J. Nelson.
Nelson empezó a interesarse por los informes extraños provenientes de la región y decidió hacer lo que él calificó como: "las investigaciones diligentes de diferentes fuentes," pero no está claro si por su investigación fue sancionado por la Real Policía Montada. Nelson declaro: ". No encuentro fundamentos para esta historia"
De acuerdo con información obtenida por Chris Rutkowski y Dittman Geoff en su libro "The Canadian UFO Report: " la declaracion de Nelson se basan en una única conversación que tuvo con el propietario no identificado de la factoría Lagos Windy quien le dijo que él no había oído hablar de la aldea abandonada a ninguno de los cazadores que pasan por su tienda".
El dueño de la tienda incluso fue tan lejos como para decir que él había oído que Labelle originalmente provenían del sur, del Territorio del Noroeste y que nunca había estado mas cerca de 100 millas de Lago Angikuni. Según Nelson:
"Joe Labelle, el cazador que han relacionado con la historia de el corresponsal Emmett E. Kelleher, se considera que es un recién llegado a este país ... y existen ciertas dudas en cuanto a si ha estado alguna vez en estos territorios".
Nelson lanzo calumnias contra la integridad periodística de Kelleher, indicando que tenía un "hábito de escribir historias pintorescas del Norte y muy poca credibilidad se puede dar a sus artículos." Ademas admitió que no había entrevistado al periodista, pero afirmó que tenía la intención de hacerlo tan pronto como la oportunidad se lo permitiera.
No sabemos si hablo con Labelle o si viajo a Angikuni para investigar el sitio por sí mismo. Uno debe asumir que el estado de la aldea no había cambiado mucho en los 2 meses desde que Labelle salió a trompicones de allí en estado de pánico. A pesar de que Nelson parecía que hizo sus informes de oídas, puso fin a su investigación afirmando que:
"El caso de la aldea desaparecida se basa en la historia de un cazador inexperto y de un periodista imaginativo".
No hace falta decir que para los escépticos esto es el fin de la historia, pero uno debe plantearse cuanto de metódica fue la investigación del sargento J. Nelson
También vale la pena mencionar que sólo porque él nunca habló con nadie que pudiera confirmar el evento con sus propios ojos no constituye una prueba de la no-existencia del caso.
Uno necesita mantener un escepticismo hacia ambos lados, tanto los que apoyan las teorías no convencionales, así como a aquellos que se esfuerzan para desacreditar cualquier prueba, por razonable que parezca.
En noviembre de 1976 la edición de la revista Fate Magazine, este misterio se sacudió el polvo en un artículo titulado: "Vanished Village Revisited" por Whalens Dwight. El artículo confirmaba que no había registros que mostrasen que la Real Policía Montada había investigado el caso de nuevo en 1931.
La policía sí admitió el descubrimiento de un asentamiento deshabitado, pero que consideró que se produjo un abandono temporal o permanente del sitio, sin matices misteriosos y (quizás convenientemente) declaró cerrado el caso. Si bien se sabe que muchas tribus inuit eran todavía semi-nómada, en la década de 1930, nunca han abandonado sus hogares - ya sea temporal o permanente - en pleno invierno, sin sus armas preciadas y las disposiciones esenciales.
Cuando uno estudia este caso, es difícil culpar a los agentes del orden por querer distanciarse de un caso enigmático con más de 70 años de edad.
Bien, así que si aceptamos que por lo menos 30 personas desaparecieron en ese fatídico día, la gran pregunta es ...

¿Qué pasó?

Ahora todo lo que queda es el acertijo colosal de quién o qué era en realidad responsable de la desaparición de estas personas en 1930. Esto siempre ha sido el mayor punto de controversia entre quienes creen que la tribu Anjikuni desapareció misteriosamente.
Es difícil imaginar qué tipo de fuerza podría obligar a una tribu de esquimales a abandonar la seguridad de sus hogares sin tener las herramientas, alimentos, armas y perros necesarios para su supervivencia en el duro clima de la tundra. El hecho de que no hubiera signos de lucha sólo incrementa este misterio ya inexplicable...

viernes, 16 de enero de 2015

El Proyecto del Libro Azul, investigación de la FFAA de Estados Unidos

El Libro Azul fue un proyecto para la clasificación y estudio de objetos voladores no identificados, llevada a cabo por un organismo gubernamental tan prestigioso como puede ser la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Inició en 1952, pero al parecer no fue el primero en su clase. Durante 1948 la misma fuerza aérea había puesto en marcha el Proyecto Sign con objetivos similares, y en 1949 el Proyecto Grudge, con una duración de poco menos de un año en ambos casos.

En diciembre de 1969 se envió una orden para su disolución, y todas las actividades cesaron en enero de 1970. Los archivos originales fueron trasladados a la Base Aérea Maxwell, donde fueron puestos a disposición para la exhibición pública hasta 1975. En el mismo año, estos documentos fueron microfilmados por la Fuerza Aérea para uso interno y luego fueron trasladados al Archivo Nacional para su difusión pública. 12,618 reportes de OVNIs han sido recogidos, analizados y archivados ahí.

La Fuerza Aérea borró los nombres de los testigos y otra información personal de acuerdo con su política de proteger la privacidad.

En 1998, una serie del microfilm original de la Fuerza Aerea, sin ediciones, fue descubierto en los Archivos Nacionales. Además de los nombres de los testigos y la información, se ha confirmado que estos rollos contienen algunas páginas que no están en los primeros rollos.





Ovnis y el Proyecto Libro Azul

El 17 de diciembre de 1969, el Secretario de la Fuerza Aérea anunció la terminación del Proyecto Libro Azul, el programa de la Fuerza Aérea para la investigación de OVNIS.

De 1947 a 1969, un total de 12,618 avistamientos fueron reportados al Proyecto Libro Azul. De estos, 701 permanecen como "no identificados". El proyecto tenía su sede en Wright-Patterson Air Force Base, cuyo personal ya no recibe, documenta o investiga los informes de OVNIs.

La decisión de suspender las investigaciones sobre Ovnis se basó en la evaluación de un informe elaborado por la Universidad de Colorado, titulado "Estudio Científico de objetos voladores no identificados," una revisión del reporte por parte de la Academia Nacional de las Ciencias de la Universidad de Colorado de los últimos estudios OVNI y la experiencia de la Fuerza Aérea en la investigación de los informes de ovnis durante los años 40, 50, y 60.

Como resultado de estas investigaciones, estudios y la experiencia adquirida a partir de la investigación de informes de ovnis desde 1948, las conclusiones del Proyecto Libro Azul son: (1) Ningún Ovni reportado, investigado y evaluado por la Fuerza Aérea ha dado ninguna indicación de amenaza a nuestra seguridad nacional, (2) no ha habido pruebas presentadas o descubiertas por la Fuerza Aérea de que los avistamientos categorizados como "no identificados" representan avances tecnológicos o principios más allá del alcance del actual conocimiento científico, y (3) no ha habido ninguna evidencia lo que indica que los avistamientos categorizados como "no identificados" sean vehículos extraterrestres.

Con la terminación del Proyecto Libro Azul, el reglamento de la Fuerza Aérea establece y controla el programa para investigar y analizar ovnis fue rescindido. La documentación relativa a la investigación ex LIBRO AZUL ha sido trasladada con carácter permanente a la Rama de referencia Militar, Archivos Nacionales y Administración de Documentos, Washington, DC 20408, y está disponible para su revisión pública y análisis.

Desde que el Proyecto Libro Azul fue cerrado, no ha ocurrido nada que indique que la Fuerza Aérea debería reanudar su investigación sobre el fenómeno OVNI. Debido al costo considerable para la Fuerza Aérea en el pasado, y la financiación ajustada de la Fuerza Aérea en la actualidad, no hay probabilidad de que la Fuerza Aérea se veA involucrada otra vez en la investigación OVNI.

Hay una serie de universidades y organizaciones científicas profesionales, como la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que han considerado los fenómenos OVNI durante reuniones periódicas y seminarios. Además, una lista de las organizaciones privadas interesadas en los fenómenos aéreos puede encontrarse en la Enciclopedia de Asociaciones Gayle (edición 8, vol. 1, pp 432-433). Dicha revisión oportuna de la situación por parte de grupos privados asegura que las pruebas no pasarán por alto para la comunidad científica.

Cualquier persona que requiera reportar un fenómeno ovni se puede poner en contacto con una organización privada o profesional (como se mencionó anteriormente) o con una agencia de policía local si la persona que llama siente que su seguridad pública está en peligro.

Periódicamente, se afirmó erróneamente que los restos de visitantes extraterrestres son o han sido almacenados en Wright-Patterson AFB. No hay ahora ni nunca han sido, visitantes extraterrestres o equipo en Wright-Patterson Air Force Base.

martes, 26 de agosto de 2014

Filman supuesto OVNI en Santiago del Estero (Argentina)

8 de Abril (Santiago del Estero, Argentina)

Un vecino del barrio 8 de abril aseguró que filmó un OVNI.

http://www.diariouno.com.ar/export/1398194074829/sites/diariouno/imagenes/2014/04/22/-_ovni_santiago_del_estero.jpg_274898881.jpg
El joven aseguró que lo grabó en la tarde del lunes desde su vivienda.
Luis Gómez, un vecino del barrio 8 de abril de ciudad Capital, se encontraba en su casa esa tarde cuando de pronto levantó “la mirada al cielo y divisó un círculo negro suspendido en el aire como si se tratase del contorno de una nave, que se desplazó lentamente durante dos minutos antes de desaparecer”.
Sin dudarlo, fue hasta el interior de su vivienda a buscar su cámara filmadora y logró grabar secuencias del supuesto OVNI.


sábado, 23 de agosto de 2014

Avistamientos en Perú (Moquegua)

Provincia de General Sánchez Cerro (Moquegua, Perú)

Instantáneas captadas en alrededores del cráter advierten presencia extraña y fenómeno que pobladores de la zona aseguran se suscita desde hace varios años en la zona.

http://realidadovniargentina.files.wordpress.com/2014/05/a3182-140068789639-ubinas.jpg?w=627Fotos: Cortesía “Matergia”
Textos: Yasselly Romero Yllanes
Bordeando siempre el límite entre lo real y lo ficticio, por años el fenómeno de avistamiento ovni, ha despertado alrededor del mundo diversas opiniones a favor y en contra con respecto a si existe vida en otros planetas o si somos visitados por “naves extraterrestres”. Sin embargo, dado el avance de la tecnología, cada vez es más frecuente la aparición de nuevos indicios a través de pruebas fotográficas que demostrarían que definitivamente no estamos solos en el universo.
 OVNIS EN UBINAS
Precisamente un reciente avistamiento se ha registrado en el país, específicamente en el distrito de Ubinas, provincia de Sánchez Cerro, departamento de Moquegua, donde se sitúa nada más y nada menos que el volcán Ubinas, sobre el cual se observan sobrevolándolo, hasta tres objetos voladores no identificados, según tomas captadas por especialistas del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Según investigación realizada por el ufólogo arequipeño, Rafael Mercado, quien llegó hasta el lugar y pudo acceder a los videos, realizar capturas y además conversar con los pobladores de la zona, el avistamiento hubiera pasado inadvertido de no ser por algunos pobladores que señalaron haber visto objetos extraños sobrevolando el gran Ubinas, dando pie al seguimiento y posterior captura de imágenes, que mostramos en el presente informe.
TESTIMONIOS
Ignacio Quispitúpac, es uno de los pobladores de Ubinas que cuenta cómo durante una madrugada del año 1999, aproximadamente a las 04:00 horas, de la nada una luz iluminó parte del cerro por donde caminaba, volviendo todo como si fuera de día por unos segundos para luego desaparecer en el horizonte. Una de otras tantas historias que en diálogo con Rafael Mercado pudo expresar. El investigador recogió además versiones de pobladores y geólogos que dieron cuentan que en la laguna Salinas – Huito, efectivamente se ven luces y sombras extrañas que advertirían la presencia de ovnis.
Cerca al cráter del Ubinas en 2006, se suscitó la presencia de fenómenos aéreos anómalos, como fue captado por una fotografía del 8 de julio de aquel año, realizada por Marco Antonio Zeballos, miembro del Comité Regional de Defensa Civil donde se ve un ovni acompañar la columna de gases expulsados por el volcán. Otro registro ocurrió el 17 de julio, tomada por Narciso Delgado Cabello, también miembro de Defensa Civil, quien alertado por movimientos erráticos de estos objetos logró realizar una instantánea con su celular, desde el sector de Salinas Huito.
Tampoco debemos olvidar los testimonios del guía de montaña, Melquíades Álvarez Condori, quien relató en aquella temporada ver hasta en dos ocasiones: “Una esfera de color naranja salir del cráter del coloso y a baja velocidad dirigirse hacia el Sur en la primera oportunidad y en la segunda salir disparada a velocidad de rayo hacia las alturas, mientras realizaba una caminata en los sectores de Sacoalla y el pueblo de Ubinas”.
Finalmente, este año apareció una nueva fotografía, publicada en las redes sociales, donde se pueden ver tres objetos no identificados volando en formación y acompañando nuevamente una columna de gases y material volcánico, perteneciente al 17 de abril del presente realizada por el Arq. Iván Zapata Yactayo, trabajador del Indeci, desde el sector de San Juan de Tarucani – Arequipa. Todo lo relatado, es apenas una pequeña muestra de los muchos testimonios de pobladores de las zonas evacuadas de Querapi y Tonohaya (lugares próximos al cráter) quienes afirman ver constantemente cuerpos luminosos rondar la zona.
GEOATRACCIÓN
Ubinas, gigante apu, situado a tan solo 75 kilómetros al Este de nuestra ciudad, con una edad que supera los 350 mil años y con una larga data de episodios eruptivos hace poco más de dos meses registra una alta actividad volcánica que obligó la evacuación de cientos de personas y animales hacia zonas más seguras y alejadas del volcán, luego que diversos poblados colindantes fueran afectados por nubes de ceniza, caída de rocas y otros químicos.
Por este motivo ha llamado la atención de instituciones relacionadas a la geofísica dentro de ellos a vulcanólogos nacionales y foráneos, y al parecer también habría atraído el interés de seres extraterrestres denominados por algunos como fenómeno de geoatracción o geomagnetismo. Presencia de naves espaciales en volcanes que registran algún tipo de actividad eruptiva.
DESTINO PERÚ
Según explica el ufólogo peruano, Anthony Choy, el Perú se ubica entre los cinco países del mundo con mayor cantidad de avistamientos de ovnis registrados durante la última década.
http://www.diarionoticias.pe/fdirimg/especiales/140068807538-objetos-raros-en-el--volcan-ubinas.jpg
Se estima que en el país hay hasta veintitrés zonas de avistamiento, donde el fenómeno ovni se da con mayor intensidad. Entre ellos Marcahuasi, lugar que según refieren investigaciones científicas canaliza altas frecuencias de energía por la presencia de cristales como el cuarzo en la composición de rocas volcánicas, lo que atraería esta presencia.
No obstante, en Chulucanas – Piura, se presentó el primer registro documentado de avistamiento de ovni. Sucedió el 13 de octubre de 2001, en presencia de cientos de devotos del Cristo de Ayabaca que ese día realizaban una procesión. Todos vieron y registraron ocho círculos luminosos flotando durante dos horas y media, los mismos que luego desaparecieron en el infinito. Como en Perú, algunas localidades de Inglaterra, Rusia, México, Estados Unidos y Argentina también se encuentran en los puntos de mayores avistamientos ovni y se han convertido en lugares de atracción turística.
DATOS:
*Desde el año 2001 funciona en Perú una oficina que los investiga el fenómeno OVNI, la OIFAA (Oficina de Investigación de Fenómenos Aero Anómalos).

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